Como hemos venido a la Capital, he querido que Platero vea El Vergel... Llegamos despacito, verja abajo, en la grata sombra de las acacias y de los plátanos, que están cargados todavía. El paso de Platero resuena en las grandes losas que abrillanta el riego, azules de cielo a trechos y a trechos blancas de flor caída que, con el agua, exhala un vago aroma dulce y fino.J. R. Jiménez - Platero y yo
lunes, 16 de noviembre de 2009
Nueva etapa
Sin más, quiero anunciaros una nueva etapa de éste blog... ¡cómo tengo tanto tiempo libre!
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